13. La religión del amor

La religión del amor es comprendida equivocadamente, debido a las múltiples deformaciones y tergiversaciones del concepto amor; ?pues la mayor parte del verdadero amor es severidad! Lo que actualmente es nombrado amor es todo, menos amor. Al ser examinados inexorablemente en el fondo todos los así denominados amores, no restará otra cosa más que egoísmo, vanidad, debilidad, pereza, arrogancia o instintos.

?El verdadero amor no se preocupa de lo que le agrada al otro, o le brinda placer y alegría, sino que cuidará sólo de lo que le es útil! Sin importar si eso le cause o no alegría. Éste es el verdadero amar y servir.

Por lo tanto, si está escrito: “?Amad a vuestros enemigos!”, entonces significa: “?Haced lo que les sea útil! ?También castigadlos, pues, si de otra forma no pueden llegar al reconocimiento!” Eso es servirlos. Pero en eso debe imperar la justicia; ?pues el amor no se deja separar de la justicia, son una sola unidad! Condescendencia impropia equivale a cultivar más aún los errores de los enemigos y de ese modo continuar dejándolos que resbalen por el camino en declive. ?Sería eso el amor? ?Al contrario, con ello se sobrecargaría con una culpa!

Solamente debido a los deseos manifiestos de las criaturas humanas, la religión del amor fue convertida en una religión de flojedad, como también la persona del portador de la Verdad, Cristo Jesús, fue rebajada a una debilidad y una indulgencia que jamás poseyó. Precisamente debido al amor universal, fue áspero y severo entre las criaturas humanas de intelecto. Su tristeza, que le acometía muchas veces, era simplemente natural, teniendo en cuenta su elevada misión y el material humano que tenía que enfrentar. Con debilidad no tenía absolutamente nada que ver.

Después de la eliminación de todas las desfiguraciones y estrechamientos dogmáticos, *(En lo que se refiere a doctrina) la religión del amor será una doctrina de la más rigurosa consecuencia, en la cual no se halla debilidad alguna ni condescendencia ilógica.