42. Milagros

La explicación para eso reside en la propia palabra. Milagro es un acontecimiento sobre lo cual el ser humano queda admirado. Es algo que no juzga posible. Pero también solamente juzga, pues, que es posible, la propia efectuación del milagro ya lo ha comprobado.

?Milagros, según las concepciones de muchas personas que creen en Dios, no existen! Éstas consideran un milagro como algo que ocurre afuera de las leyes de la naturaleza, incluso aún como algo que es contrario a todas las leyes de la naturaleza. ?Exactamente ahí ven el divinal! Para ellas un milagro es algo posible solamente a su Dios, que con eso muestra Su gracia especial, y emplea Su omnipotencia para tal.

Las pobres criaturas humanas imaginan bajo omnipotencia erróneamente la posibilidad de actos arbitrarios, y los milagros como tales actos arbitrarios. No reflexionan lo cuanto, con eso, disminuyen a Dios; pues esa especie de milagros seria todo excepto divina.

En el actuar divino reside en primer lugar una perfección incondicional, sin faltas, sin laguna. Y perfección condiciona la más severa lógica, absoluta consecuencia en todos los sentidos. Un milagro, por consiguiente, tiene que efectuarse solamente en consecuencia lógica, sin lagunas, en el acontecimiento. La diferencia consiste solamente en el hecho de que en un milagro el camino de desenvolvimiento, que según conceptos terrenos llevaría más tiempo, de hecho se desenrolla de manera normal, sin embargo, con grande rapidez, sea ante la fuerza especialmente concedida a una persona, sea por otros caminos, de modo a poder ser denominado milagroso por los seres humanos, debido a todo el desenrollar extraordinariamente rápido, en resumen, como milagro.

Puede, igualmente, tratarse de algo encima del desenvolvimiento actual, que es cumplido a causa de fuerza concentrada. Pero nunca, en tiempo algun, se colocará afuera de las leyes naturales existentes, o incluso en oposición a las mismas. En tal momento, que en si es de cualquier forma imposible, tal acontecimiento perdería todo lo divino y se tornaría un acto de arbitrariedad. Por lo tanto, precisamente lo contrario de aquello que suponen muchos de los que creen en Dios. Todo que depienda de una severa consecuencia lógica no es divino. Cada milagro es un proceso absolutamente natural, solamente en una extraordinaria rapidez y fuerza concentrada; jamás podrá suceder algo antinatural. Eso está totalmente excluido.

Cuando se realizan curas de enfermedades hasta entonces consideradas incurables, no hay ahí ninguna alteración de las leyes de la naturaleza, pero eso muestra solamente las grandes lagunas en el saber humano. Tanto más ahí debe ser reconocido como una gracia del Criador, que, aquí y Allá, capacita algunos seres humanos con fuerza especial, que éstos pueden utilizar en beneficio de la humanidad sufrida. Serán siempre, sin embargo, solamente aquellos que se conservan apartados de toda la presunción de una ciencia, visto que el conocimiento atado a la Tierra sofoca, de forma totalmente natural, la posibilidad de recibir dádivas más elevadas.

La ciencia atada a la Tierra quiere conquistar, jamás, sin embargo, consigue recibir de modo puro, es decir, infantilmente. ?Sin embargo, fuerzas que vienen de aquello que es sin espacio y tiempo solamente pueden ser recibidas de modo sencillo, nunca conquistadas! ?Esa circunstancia, por si sólo, muestra lo que es lo más valioso, lo más fuerte y, por consiguiente, también lo más acertado!